LECCION # 16

EL ESPIRITU SANTO -
LA CONFIRMACION

1.      ¿Quién es el Espíritu Santo?

Es la Tercera Persona de la Santísima Trinidad.  El Espíritu Santo es Dios, completamente igual al Padre y al Hijo.  Como el Padre y el Hijo, también el Espíritu Santo es Omnipotente, Eterno e Infinito.

2.   ¿Cuándo vino el Espíritu Santo a los Apóstoles de manera visible?

El Domingo de Pentecostés, 50 días después de la Pascua, estando reunidos los Apóstoles con la Santísima Virgen María, el Espíritu Santo descendió sobre ellos en forma de lenguas de fuego.  (leer Hech. 2, 1-4ª). 

3.    ¿Cómo cambiaron los Apóstoles después de recibir el Espíritu Santo?

Antes de Pentecostés recordemos que los Apóstoles eran temerosos y tímidos, torpes para comprender las Escrituras y las enseñanzas de Jesús.

Pero podemos veren Hech. 2, 1-11 y continuando a lo largo del libro de los Hechos de los Apóstoles  cómo, luego de recibir el Espíritu Santo en Pentecostés, cambiaron totalmente:  se lanzaron a predicar sin ningún temor y llenos de sabiduría divina, se les soltaron las lenguas con un nuevo poder de lenguaje dado por el Espíritu Santo, llamando a todos a la conversión, bautizando a los que acogían el mensaje de Jesucristo Salvador.  Forman discípulos y comunidades, asisten a los necesitados ... sufren persecuciones, llegando a la santidad e, inclusive, hasta el martirio.

4.   ¿Cómo pudo suceder esa transformación?

Jesús había prometido enviarles el Espíritu Santo en varias oportunidades.  La última y ya precisando el momento la podemos leer en Hech. 1, 4 y 6).

Es importante observar qué hacían los Apóstoles antes de Pentecostés para poder imitarlos y también nosotros recibir el Espíritu Santo:  “Todos ellos perseveraban en la oración con un mismo espíritu ... en compañía de María, la Madre de Jesús ... Acudían diariamente al Templo con mucho entusiasmo” (Hech. 1, 12-14 y 2, 46). 

El secreto de la acción del Espíritu Santo en nosotros y a través de nosotros está en la oración:  oración perseverante, frecuente, con entusiasmo, con la Santísima Virgen María.

5.    ¿Cuál es la función del Espíritu Santo en nuestra vida?

El Espíritu Santo habita en nuestra alma cuando estamos en gracia .  El es Quien nos santifica.

6.    ¿Qué significa que el Espíritu Santo nos santifica?

.        Nos ilumina el entendimiento para conocer a Dios y buscar las cosas de Dios.

.        Nos fortalece la voluntad para optar por Dios y hacer su Voluntad.

.        Nos lleva a amar a Dios y con ese amor, amar a nuestros hermanos, como El nos ama.

7.     Pero hay un Sacramento que Jesús nos dejó para recibir de manera especial el Espíritu Santo.  ¿Cuál será?

Es el Sacramento de la Confirmación. 

8.    ¿Qué gracias especiales nos da el Sacramento de la Confirmación?

En la Confirmación recibimos el Espíritu Santo que nos capacita de manera especial para ser testigos de Cristo, para mejor poder difundir su mensaje de salvación y para defender la fe de Jesucristo con la palabra y con las acciones.

9.    ¿Qué más nos da el Sacramento de la Confirmación?

 .        Aumenta en nosotros la Gracia Santificante.

.         Aumenta en nosotros las Virtudes Teologales:  Fe, Esperanza y Caridad.

.         Aumenta en nosotros todos los Dones del Espíritu Santo:  Temor de Dios, Fortaleza, Piedad, Consejo, Ciencia, Entendimiento, Sabiduría.

.         Nos capacita para conocer mejor nuestra fe, para explicarla y defenderla, para ser testigos de Cristo.

10.    ¿Quién puede recibir la Confirmación:

 Todo bautizado que no haya sido confirmado y después de estar debidamente instruido sobre los deberes y responsabilidades de la vida cristiana.

ORACION

Himno al Espíritu Santo

Ven, Espíritu Divino,
manda tu Luz desde el Cielo,
Padre amoroso del pobre,
don en tus dones espléndido,
Luz que penetra las almas,
fuente del mayor consuelo.

Ven dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas,
y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma,
divina luz y enriquécenos,
mira el vacío del hombre
si Tú le faltas por dentro,
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas e infunde
calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.

Reparte todos tus dones,
según la fe de tus siervos,
por tu bondad y tu gracia
dale al esfuerzo su mérito,
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.
Amén.

 

Versión
resumida
de esta lección
Temario
del Curso

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