Cómo ser salvo?

SEÑALES EN EL CAMINO
DE SALVACIÓN

4ª Señal
Confianza en
la Providencia Divina
y aceptación cristiana
del sufrimiento

1. ¿Qué es la Divina Providencia?

“Providencia” viene del verbo latino “providére” que significa “proveer”.

Dios creó el universo y todo lo que hay en él.  Pero también lo preserva, lo mantiene y lo gobierna.  El universo se volvería nada –volvería a su situación inicial de no existir- si no fuera porque Dios lo mantiene con su poder infinito.

Esta atención amorosa de Dios y el gobierno y la dirección que Dios ejerce en el universo es lo que se denomina “Divina Providencia”.   Y, sin que aparezca con ese nombre en la Biblia, hay citas que la describen:

“¿Cómo podría durar una cosa que Tú no quisieras?  ¿Qué podría subsistir si Tú no lo hubieras llamado?  (Sab.  11, 25).

“El, cuya palabra es poderosa, mantiene el universo” (Hb. 1, 3b).

Por el mismo poder por el cual creó el universo, Dios hace también que éste continúe, que continúe como El desea y hasta que El lo desee.

Aunque los seres humanos no nos demos cuenta, y aunque a veces podamos experimentar perplejidad antes los designios de Dios,  El en su Sabiduría y Bondad infinitas, cuida de todas las cosas, las ordena y las dirige hacia el fin para el cual las creó. 

CIC # 303 “El testimonio de la Escritura es unánime: la solicitud de la divina providencia es concreta e inmediata; tiene cuidado de todo, de las cosas más pequeñas hasta los grandes acontecimientos del mundo y de la historia.  Las sagradas Escrituras afirman con fuerza la soberanía absoluta de Dios en el curso de los acontecimientos:  ‘Nuestro Dios en los cielos y en la tierra, todo cuanto le place lo realiza’ (Sal 115, 3); y de Cristo se dice: ‘Si Él abre, nadie puede cerrar; si Él cierra, nadie puede abrir’ (Ap 3, 7);  ‘hay muchos proyectos en el corazón del hombre, pero sólo el plan de Dios se realiza’ (Pr 19, 21)”.

Para resumir cómo funciona la Divina Providencia, he aquí la solemne declaración dogmática del Concilio Vaticano I: 

“Todo lo que Dios creó, lo conserva
y gobierna con su Providencia
,
alcanzando de un confín a otro poderosamente
y disponiéndolo todo sabiamente (cf. Sb. 8, 1).
Porque “todo está desnudo y patente
ante sus ojos”
(Hb. 4, 13),
aún lo que ha de acontecer  
por libre acción de las criaturas”

(Denz. 1784).

 

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en la Divina Providencia?
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