Teología del Cuerpo y Bioética

TEOLOGIA DEL CUERPO
y BIOETICA

LECCION # 14
VOCACION Y VOCACIONES
Matrimonio - Celibato -
Vida Religiosa - Sacerdocio

1.      Ustedes piensan sobre su futuro, ¿no es así?

Y … ¿qué piensan?  ¿Piensan qué van a ser y qué van a hacer en su vida?

Especialmente piensan en la carrera que comenzarán ¿no es así?

Al pensar sobre su carrera, están pensando en su vocación profesional.

Pero hay vocaciones más importantes, es decir, de mayor trascendencia en sus vidas, que la vocación profesional.  La vocación profesional debe ir integrada a otra vocación que priva sobre la profesión.

¿Cuáles serán esas vocaciones?

Son  las vocaciones a cuatro estados de vida:

  • Matrimonio
    para hombres y mujeres
  • Celibato en la Vida Religiosa
    para hombres y mujeres
  • Celibato en el Sacerdocio 
    para hombres
  • Celibato Laical
    para hombres y mujeres

Ya para concluir el Bachillerato –si es que no lo han estado haciendo antes- los jóvenes deben plantearse estas posibilidades:  ¿a qué me estará llamando Dios?  Porque eso es la vocación.  Vocación significa llamado.   Y Dios ha llamado, llama y sigue llamando.

Unos oyen el llamado:  unos lo siguen, otros no.  La mayoría van al matrimonio sin pensarlo bien, como siguiendo la corriente, sin darse cuenta que el Sacramento del Matrimonio es también una vocación, un llamado que Dios hace.

Vocación al Matrimonio

Y Dios llama, porque El quiere que cada uno de nosotros participe con El de manera particular en su plan de salvación, plan de salvación que es para mí, para ti y para todas las personas.

Sea cual fuere nuestra vocación:  como casados, como religioso o religiosa, como Sacerdote, como laico soltero, todos tenemos una función en el plan de Dios.  Por eso es importante discernir a qué nos está llamando Dios.


2.      En cuanto a la vocación, hay como tres niveles:  la vocación profesional y la vocación al estado de vida al que Dios nos llame, son los dos niveles inferiores de nuestra vocación. 

Pero nos falta el plano superior, el llamado que es para todas las personas, no importa su estado de vida, no importa su profesión o la actividad a la cual se dedique.  Para todos, sin excepción, existe la vocación o llamado de Dios a la salvación y a la santidad.

VOCACIÓN A LA SALVACIÓN
Y A LA SANTIDAD

VOCACIÓN AL ESTADO DE VIDA
VOCACIÓN PROFESIONAL O DE OFICIO


3.     
Nuestra vocación cristiana aquí ¿en qué consiste?

La vocación cristiana es una vocación a la salvación, a la santidad.  “Sed santos como Yo soy Santo” es un llamado muy temprano en la Historia de la Salvación, desde el tercer libro de la Biblia, el Levítico:

Santifíquense y sean santos, pues Yo soy Santo. 
(Lev 11, 44)

Sean santos, porque Yo, Yavé, Dios de ustedes,
soy Santo. (Lev 19, 2)

Sean santos para Mí, porque Yo soy Santo
(Lev 20, 26)


San Mateo, en el primero de los Evangelios, repite exactamente lo mismo, pero se ha usado en vez de santo la palabra perfecto:
Sean ustedes perfectos como es perfecto el Padre de ustedes que está en el Cielo. (Mt. 5, 48)

 
Y San Pablo lo reitera: 
“Dios nos eligió antes de la creación del mundo
para ser santos e irreprochables” (Ef. 1, 4).

Esa es la vocación a la que estamos llamados TODOS:  la santidad.


4.       ¿En qué consiste la santidad?
¿En qué consiste el camino de salvación?

La santidad consiste esencialmente en hacer la Voluntad de Dios en todo:

  1. Cumpliendo los Mandamientos.
  2. Aceptando lo que Dios permite para nuestra vida.
  3. Haciendo lo que creemos que Dios nos está pidiendo.

La conformidad con la Voluntad de Dios es un camino largo, y es posible y fácil si aprovechamos las gracias que Dios nos da.  Pero es un camino exigente.

La santidad es un camino, que comienza con nuestro Bautismo y termina con nuestro paso a la Vida Eterna.


5.      ¿Por qué decimos que es un camino, un proceso, algo que se va desarrollando?  ¿Por qué decimos que la santidad es un camino de perfección?

Porque Dios nos comunica su Gracia como una semilla en el Bautismo.  El BautismoComo nos dice en Mateo 13, 32:  como una semilla de mostaza es la más pequeña de las semillas, pero cuando crece llega a ser un arbusto grande en el que pueden posarse las aves.

Recibimos la Gracia de Dios en el Bautismo en estado de semilla; todavía no está perfeccionada.  Esa semilla hay que hacerla crecer.  Y depende de nosotros el que crezca o el que se debilite y muera.


6.      ¿Cómo se hace crecer?

La semilla de la santidad va creciendo en la medida que buscamos y hacemos la Voluntad de Dios, aprovechando las gracias que El nos da constantemente.

La Gracia Divina es la llamada Gracia Santificante que recibimos en el Bautismo.  Ésa es la semilla.

Las gracias divinas son esas ayudas que recibimos constantemente de parte de Dios para nuestra santidad.  Esas gracias son todos los auxilios que nos facilitan cumplir la Voluntad de Dios.   En la medida que vamos aprovechando esas gracias para cumplir la Voluntad de Dios, vamos creciendo en santidad, vamos haciendo que esa semilla se convierta en planta, en árbol.

O sea, el trabajo de hacer crecer la semilla de la santidad es una labor conjunta de Dios y de nosotros.  Dios no puede hacerla crecer si nosotros no colaboramos.  Y nosotros no podemos hacerla crecer sin la ayuda de Dios.  Es una obra conjunta entre Dios y la persona.


7.      ¿Recuerdan algunas de las gracias que Dios nos comunica?

  • Gracias Sacramentales:  el Bautismo, y a lo largo de nuestra vida, especialmente la Confesión y la Comunión.
  • Gracias actuales:  ayudas constantes que Dios nos da para optar por El y rechazar al Maligno, y cumplir su Voluntad.
  • Gracias de estado:  como estudiantes, como hijos.  Y en el futuro como estudiantes universitarios, como esposos, como padres, como Sacerdotes o como religiosos(as), como laicos evangelizadores, etc.


8.      El segundo nivel de vocación es la vocación a un estado de vida.  ¿qué será eso de estado de vida?

Algunos son Sacerdotes.  Otros y otras son religiosos y religiosas.  La mayoría son laicos casados.  Y una minoría son laicos célibes.

4 estados de vida

Estamos hablando de los 4 estados de vida:

SACERDOCIO
VIDA RELIGIOSA
MATRIMONIO
CELIBATO LAICAL

Dentro de los diferentes estados de vida tenemos entonces las diversas profesiones y oficios.  Por ejemplo, hay religiosas que se dedican a la educación, otras a la salud.  Algunos Sacerdotes trabajan en parroquias, otros en colegios, otros viven en un Monasterio.  Los laicos solteros y los casados ejercen diferentes profesiones u oficios.

Estas diversas profesiones, oficios y ocupaciones son el tercer nivel vocacional que hemos definido.


9.      ¿Cuál ha sido el plan de Dios para el Matrimonio?

Dios crea al hombre, a Adán, y éste se siente solo.  Y se siente solo, porque ha sido creado para amar.  Viendo los animales y poniéndoles nombres, Adán se distrae, pero sigue solo.  Sin embargo, cuando Dios le presenta a Eva, Adán exclama:  ¡Esta sí es carne de mi carne y hueso de mis huesos! (Gn 2, 23).  Adán está impresionado y ¡fascinado!

Adán y Eva

Y está fascinado con el cuerpo de Eva, porque al fin Dios le presentó un cuerpo de otra persona como él, un cuerpo similar al suyo.  Ambos, Adán y Eva, han sido hechos a imagen de Dios.  Son diferentes a los animales, pero son semejantes entre si.  Son un tanto diferentes uno del otro, pero se complementan perfectamente.

Dios hace al hombre y la mujer complementarios en cuerpo y alma, porque ambos están llamados a vivir una alianza de amor.

Por eso el hombre deja a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y pasan a ser una sola carne -un solo cuerpo. (Gn 2, 24)

La unión del hombre y la mujer en un solo cuerpo dista mucho de la cópula de los animales.  Hay una gran diferencia.  Parece que fuera lo mismo, pero es que la unión sexual humana no es solamente una realidad biológica, es también una realidad teológica.

¿Teológica?  ¿Cómo es eso de teológica?  ¿Qué tiene que ver la teología con el acto sexual? Es que la unión en un solo cuerpo es una participación en el misterio del Amor de Dios.

Amor conyugal

“En el matrimonio, la intimidad corporal de los esposos viene a ser un signo y una garantía de comunión espiritual” (CIC #2360).

Los animales no son capaces de esta unión espiritual, porque no tienen espíritu.  Ellos son sólo materia, sólo polvo de la tierra.  El polvo de los animales no está ins-pirado (lleno de espíritu).  Por eso decimos que no están hechos a imagen de Dios.   Nosotros sí estamos hechos a imagen de Dios.

Así que al ser una sola carne, un solo cuerpo, hombre y mujer no sólo unen sus cuerpos –como hacen los animales- sino que unen sus personas completas.  (JPII-T del C 31, 2)

Por cierto, esta unión en un solo cuerpo dista mucho también de la cópula contra-natura, tan en boga en nuestros días, que es presentada como derechos de género.

Vistos hombre y mujer como una pareja, sus diferencias sexuales revelan sin duda el plan de Dios para que hombre y mujer se donen; es decir, sean un regalo el uno para el otro.

Ahora bien, el don de uno mismo no significa darle rienda suelta a la lujuria.  De hecho, la persona es verdaderamente libre para darse al otro como un don (para donarse al otro) cuando tiene señorío sobre su sexualidad y no está siendo dominada por la lujuria (deseo sexual compulsivo o desordenado).

Y a través de esta donación la persona realiza el verdadero significado de su existencia (JPII- T del C 15,1).

Así que si estás buscando sentido a tu vida, Juan Pablo II te dice que ese sentido a la vida está impreso en tu cuerpo, en tu sexualidad, en tu ser de hombre o de mujer.

La sexualidad tiene como finalidad amar en total donación:  amar como Dios ama.


10.    Entonces ¿el deseo sexual viene de Dios?

Sí, el deseo sexual es un don de Dios.

Dios nos creó hombre y mujer, macho y hembra.  Dios hubiera podido crearnos a todos como creó a Adán y Eva:  directamente, sin intervención humana.

Sin embargo, Dios nos permite participar de su acción creadora, invitándonos a pro-crear.  Somos co-creadores con Dios:  Dios crea el alma de cada persona y los esposos participan en la creación del cuerpo.

Para ayudarnos a participar en la creación de una nueva vida, Dios nos ha dado las potencias sexuales.

Nos dio el deseo sexual para que –sintiéndose atraídos el uno al otro- marido y mujer quisieran establecer una familia y procrear.

Si analizamos esto bien, podemos darnos cuenta de por qué el acto sexual es sólo para el Matrimonio.  El sexo es bueno y santo sólo cuando lo usamos para los fines que Dios lo ha dispuesto.

Porque ese don de uno al otro, lleva al siguiente don que está inscrito en el plan de Dios:   Conoció el hombre a Eva, su mujer y ella concibió (Gn 4, 1).  O en la traducción de la Biblia Latinoamericana:  Adán se unió a Eva, su mujer, la cual quedó embarazada (Gn 4, 1).

Familia feliz

La maternidad y la paternidad coronan y revelan totalmente el misterio de la sexualidad:  Sean fecundos y multiplíquense (Gn 1, 28).  Y este mandato no es sólo una orden para reproducirse.  Es también un llamado a amar como Dios ama y así “realizar el verdadero significado de nuestro ser y de nuestra existencia”  (JPII- T del C 15,1)


11.    Resumiendo: ¿cuáles serán los fines de la sexualidad?

Comunicar vida:  fecundidad
Comunicar amor:  donación


12.   
Si esto es así ¿cómo queda entonces el llamado a ser célibes, el llamado a vivir en castidad de los religiosos(as) o de los laicos consagrados?

El Matrimonio y la procreación no son la única manera de amar como Dios ama.  Sirve de modelo original, pero cada vez que imitamos a Cristo, ofreciendo nuestros cuerpos no a la pareja, sino a Dios, también expresamos un signo conyugal, una alianza de unión con Dios.

Religiosas profesando
Religiosas haciendo sus votos

De hecho Cristo fue célibe y llamó a algunos a sacrificar el matrimonio por el Reino:   Hay hombres que han nacido incapacitados para el sexo. Hay otros incapacitados, que fueron mutilados por los hombres. Hay otros todavía, que se hicieron tales por el Reino de los Cielos. ¡Entienda el que pueda!» (Mt 19, 12)

Carmelitas descalzos
Carmelitas Descalzos rezando
la Liturgia de las Horas

El celibato, entonces, no es un rechazo a la sexualidad.  Es un llamado a abrazar el significado máximo y la finalidad última de la sexualidad.

La unión en un solo cuerpo es sólo un preludio de algo infinitamente más grande y glorioso:  la unión eterna de Cristo con su Iglesia, que nos describe Ap 19:

7.      Alegrémonos, regocijémonos démosle honor y gloria, porque han llegado las bodas del Cordero. Su esposa se ha engalanado,
  
      8.     la han vestido de lino fino, deslumbrante de blancura -el lino son las buenas acciones de los santos.
          9.      Después el ángel me dijo: «Escribe: Felices los que han sido invitados al banquete de bodas del Cordero.» Y añadió: «Estas son palabras verdaderas de Dios.»

El Apocalipsis nos está describiendo la Fiesta de Bodas de Jesús en la eternidad, en el Cielo.  Es Jesús uniéndose a su Iglesia.

         Es un misterio.  Esto tiene un significado misterioso, pero no por eso irreal.  San Pablo lo describe y lo define como misterio, y ¡bien grande!

La Escritura dice:  Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre para unirse con su esposa, y los dos no formarán sino un solo ser.  Es éste un misterio muy grande, pues lo refiero a Cristo y a la Iglesia. (Ef 5, 31-32)

Por eso quienes escogen el camino del celibato y renuncian al matrimonio para seguir a Cristo de esta manera tan especial están simbolizando desde ya la unión de Cristo con su Iglesia, las Bodas que tienen lugar en el Cielo.

Una joven religiosa entiende esto muy bien al escribir a sus familiares: Monja joven “Me encanta ponerme el hábito cada mañana, porque pienso que pertenezco totalmente a Dios”.  Ella no pertenece a un hombre;  ella tiene una alianza con Dios:  es esposa del Señor.


13.    ¿Cuál es la finalidad del celibato?

Ser testimonio de nuestra futura resurrección.  Veamos…

Nuestro destino final –seamos célibes o no- es la comunión con Dios.  Somos llamados al  inefable gozo de un éxtasis eterno de amor.  Las palabras aún no logran describir lo que es el Cielo, la vida en Dios, la Visión Beatífica.

El celibato por el Reino de que nos habló Jesús es un signo de que el cuerpo será glorificado.  El cuerpo no se queda en la tumba.  La sepultura  no es su destino final.   Nuestros cuerpos serán gloriosos ¡como el cuerpo del Señor!

Resurrección de Jesús

El celibato es, entonces, un testimonio ante la humanidad de nuestra futura resurrección.   ¿Cómo es esto?

Juan Pablo II nos lo explica:  El hombre y la mujer célibes misteriosamente traspasan la historia –pero quedándose a la vez dentro de la historia-  pues proclaman al mundo que el Reino de Dios ya está aquí, que ya llegaron las bodas eternas, que ya llegó la resurrección.  (JPII, T del C 75, 1)

Es que en ese momento ya estaremos resucitados.  Y el Celibato nos está anunciando eso.

Los que abrazan el celibato dejan el matrimonio terrenal, es cierto, pero anticipan la realidad celestial de las Bodas del Cordero.  Alegrémonos, regocijémonos démosle honor y gloria, porque han llegado las bodas del Cordero. (Ap 19, 7)

Célibes en el mundo
Célibes laicos

De alguna manera las personas que abrazan el celibato escogen permanecer solos en esta vida en espera de la única unión que de veras satisface:  la unión con Dios.


14.    ¿El Celibato es entonces mejor que el Matrimonio?

La Iglesia tradicionalmente ha enseñado que el Celibato es objetivamente una vocación superior.

Pero no por esto podemos concluir que si el Celibato es bueno, el Matrimonio debe ser malo.  O lo que es lo mismo:  si los que viven castamente sin sexo son santos y puros, tener sexo –aún en el Matrimonio- debe ser impuro y malo.  Y esto no es así.  Eso no es lo que enseña la Iglesia.

El Celibato es un llamado excepcional, porque el Matrimonio es la vocación normal a la que son llamadas la mayoría de las personas.  Y no es mejor por el celibato mismo, sino porque se escoge el celibato por el Reino.

Es mejor en el sentido de que el matrimonio celestial (al cual se ofrecen ya directamente las personas célibes, sin pasar por el matrimonio terrenal) es superior al matrimonio terrenal.

Consagradas en el mundo
Mujeres consagradas no religiosas

El celibato cristiano proporciona a aquéllos que lo viven de manera genuina –y muestra a aquéllos que lo observan- un anticipo de la comunión con Dios en el Cielo.

No significa esto que todo el que desee ser santo tenga que ser célibe.  Lo que se aplica a cada caso es seguir el llamado que Dios hace.  La mejor vocación es aquélla a la cual Dios nos llama, sea el Matrimonio, sea el Celibato.

PUEDE DIVIDIRSE LA LECCION
EN ESTE PUNTO


15.    ¿Qué es la Vida Religiosa?

La Vida Religiosa es tanto para hombres, como para mujeres:  hay religiosos y hay religiosas.  Hay comunidades religiosas masculinas y comunidades religiosas femeninas.  La mayoría de los religiosos hombres son también Sacerdotes.

Monjes Carmelitas en el campo
Monjes Carmelitas en el campo

La Vida Religiosa es el seguimiento evangélico de Cristo:  es seguir a Cristo de manera radical según el Evangelio, es decir, en pobreza, castidad y obediencia.

La vocación a la Vida Religiosa es una llamada y una gracia.  La vocación religiosa es un misterio de amor entre Dios que llama y una persona que libremente le responde por amor a El.

La vocación religiosa es un misterio, porque es una elección que Dios hace a una persona específica para una entrega particular.  La iniciativa es de Dios.


16.    ¿Cómo sabe alguien si Dios está llamando?

Vocación significa llamado.  Es Dios quien llama a aquéllos que El desea hacer Sacerdotes o Religiosos(as).  Como la vocación es un llamado, no se trata de decidir ser Sacerdote o religioso(a), porque me gusta o me interesa o porque es algo bueno a que dedicarse en la vida.

La vocación o el llamado que Dios ha estado haciendo al Sacerdocio y a la Vida Religiosa a través de los siglos es el cumplimiento de las palabras de Jesús:  “No son ustedes quienes me han escogido a Mí.  Soy Yo Quien los ha escogido a ustedes” (Jn 15, 16).

Sacerdote alzando el Ostensorio
Sacerdote bendiciendo con el Santísimo Sacramento

El ser Sacerdote o Religioso(a) depende del llamado que Dios hace a la persona y de la respuesta que esa persona le da a Dios.

Lo primero que hay que hacer es preguntarle a Dios qué quiere de uno.  Dios habla de muchas maneras.  El va mostrando lo que quiere, poniendo deseos en el corazón o ideas en el intelecto, o intereses espirituales y apostólicos a los cuales deseas dedicar tu vida.

Puede llegarte a convencer que no podrías realizarte o ser verdaderamente feliz a menos que te entregaras a El totalmente para servirle a El y a los demás.

O podría hacértelo saber de manera mística, como un secreto espiritual entre tú y El.

En todo caso, hay que consultar con personas sabias que puedan guiarte en el discernimiento de la vocación.

Dios tiene un plan para cada uno de nosotros y si le preguntamos, El nos va a revelar su plan.  Como El nos ha hecho a cada uno, El es el único que nos conoce de verdad, así que El sabe lo que más nos conviene y lo que nos haría verdaderamente felices.

Sacerdote celebrando la Misa
Sacerdote celebrando la Santa Misa

Su plan para la mayoría es el Matrimonio.  Pero podría ser que quiera llamar a alguno o a alguna para ser totalmente de El, para ser Religiosa o Religioso y/o Sacerdote.

Una religiosa joven escribe:  “Dios me hizo saber en mi corazón que El quería que yo perteneciera sólo a El, así que me hice monja.  Y ahora que soy monja amo a Dios muchísimo más.  Pertenezco totalmente a El y paso mucho tiempo hablando con El, también sirviendo a otras personas por amor a El.  Yo diría que estoy enamorada de Dios, igual que una chica se enamora de un chico.  ¡Y estoy muy, muy feliz!”.

Una vez que sepas que quieres ser religioso o religiosa, debes escoger la Congregación que Dios tiene para ti.  Hay diferentes Ordenes Religiosas, cada una dedicada a cosas diferentes (salud, educación, trabajo con los pobres, etc.).  Algunas oran casi todo el día, otras son más activas.

Hermanos de San Juan
Hermanos de la Comunidad San Juan

Para ser religioso o religiosa hay que saber que la vida deberá ser de pobreza (vivir pobremente), castidad (renunciar al matrimonio y a tener una familia) y obediencia (obedecer a los Superiores).  Esos son los tres votos que hacen los religiosos y religiosas.


17.    ¿Y eso de las Monjas de Clausura o de los Monjes?

Algunas personas se sienten llamadas por Dios a una vida más retirada y de oración.  Para eso hay monasterios de clausura.  Hoy en día la mayoría son femeninos, pero también hay masculinos.

Veamos el testimonio de una religiosa de clausura joven:

“Me hubiese encantado ser profesora de niños, enfermera. Me hubiese gustado hacer catecismo en las parroquias, ir a predicar el nombre de Jesús en todo el mundo.  Como Santa Teresita, me habría gustado hacer todo, pero humanamente es imposible.  Si se enseña teología, no se puede al mismo tiempo ir a curar a los pobres, entonces tuve la gran certeza de haber encontrado la posibilidad de realmente hacerlo todo, hablándole directamente al Señor, y donando mi vida de manera completa y absoluta aquí en el Monasterio”.

Monjas Carmelitas
Monjas Carmelitas rezando la Liturgia de las Horas

En este sentido, explicó que la clausura es una manera fundamental de ayudar a los demás y de entregarse a Dios, y señaló que tiene la esperanza y la certeza en la fe, de que por su sacrificio, “Dios llega a los pobres, a los enfermos, a los indios que nunca han visto un Sacerdote”, y por eso, “me encuentro feliz y satisfecha de haber encontrado mi sitio”.


18.    ¿Cómo es eso de los laicos célibes o de los laicos consagrados?

Siempre se oye de las vocaciones a la vida religiosa o sacerdotal, pero es rarísimo oír de personas, cuya vocación es el estado célibe laical.   Pero las hay.  Dios también llama a este estado especial.  De hecho San Pablo lo recomendaba y sugería también lo del matrimonio celestial:

1 Cor 7, 32-35:
          32. Yo quisiera verlos libres de preocupaciones. El que no se ha casado se preocupa de las cosas del Señor y de cómo agradarle.
          33. No así el que se ha casado, pues se preocupa de las cosas del mundo y de cómo agradar a su esposa, y está dividido.
          34. De igual manera la mujer soltera y la joven sin casar se preocupan del servicio del Señor y de ser santas en su cuerpo y en su espíritu. Mientras que la casada se preocupa de las cosas del mundo y de agradar a su esposo.
          35. Al decirles esto no quiero ponerles trampas; se lo digo para su bien, con miras a una vida más noble en la que estén enteramente unidos al Señor.

La mayoría de las personas que consagran su virginidad o su celibato a Dios hacen votos solemnes como religiosos, religiosas o Sacerdotes.

Desde muy temprano en la Iglesia han existido las Ordenes Terceras:  son laicos que buscan la santidad bajo la dirección de una congregación religiosa y siguiendo la espiritualidad propia de esa congregación.

También hoy en día hay laicos consagrados que viven en comunidad.

Pero hay algunos laicos que no son miembros de congregaciones religiosas y que han hecho votos privados de castidad y hasta promesas de vivir pobremente.

Otros muchos pertenecen a movimientos apostólicos de la Iglesia y pasan como miembros de esos grupos laicales, sin que se destaque especialmente su entrega al Señor en cuanto a su sexualidad, pero son célibes que desean seguir esa forma de vida tan apreciada en la Iglesia.

Jóvenes célibes consagrados
Jóvenes célibes consagrados

“La santidad de la Iglesia también se fomenta de una manera especial con los múltiples consejos que el Señor propone en el Evangelio para que los observen sus discípulos.  Entre ellos destaca el precioso don de la divina gracia, concedido a algunos por el Padre (cf. Mt 19, 11; 1 Co 7, 7) para que se consagren sólo a Dios con un corazón que en la virginidad o en el celibato se mantiene más fácilmente indiviso (cf. 1 Co 7, 32-34).  Esta perfecta continencia por el reino de los cielos siempre ha sido tenida en la más alta estima por la Iglesia, como señal y estímulo de la caridad y como un manantial extraordinario de fecundidad espiritual  en el mundo”. (Lumen Gentium o Constitución Dogmática de la Iglesia #42)

El Concilio Vaticano II incluye el celibato al hablar de la vocación general a la santidad.  Con esto está dándonos a entender que el llamado al celibato no es sólo para los religiosos y Sacerdotes, sino que es un llamado para todo cristiano que desee seguir los consejos evangélicos.

"Es preciso recordar asimismo a un gran número de personas que permanecen solteras a causa de las concretas condiciones en que deben vivir, a menudo sin haberlo querido ellas mismas. Estas personas se encuentran particularmente cercanas al corazón de Jesús; y, por ello, merecen afecto y solicitud diligentes de la Iglesia, particularmente de sus pastores. Muchas de ellas viven sin familia humana, con frecuencia a causa de condiciones de pobreza. Hay quienes viven su situación según el espíritu de las bienaventuranzas sirviendo a Dios y al prójimo de manera ejemplar. A todas ellas es preciso abrirles las puertas de los hogares, "iglesias domésticas" y las puertas de la gran familia que es la Iglesia. «Nadie se sienta sin familia en este mundo: la Iglesia es casa y familia de todos, especialmente para cuantos están 'fatigados y agobiados' (Mt 11, 28)» (FC 85)" (CIC 1658)


19.    ¿Qué es un Sacerdote?  ¿En qué consiste la dignidad del Sacerdote?

El Sacerdote es un hombre, consagrado a Dios al servicio de la Iglesia y de sus hermanos mediante el Sacramento del Orden Sacerdotal.

El Sacerdote es sucesor de los Apóstoles de Jesús.  Cristo confió una misión a sus Apóstoles y les prometió que estaría con ellos hasta el fin del mundo.

Jesús y los Apóstoles
Jesús con los 12 Apóstoles

Jesús escogió 12 Apóstoles para que llevaran a cabo su obra en la tierra y les dio su poder, su autoridad («Me ha sido dada toda autoridad en el Cielo y en la tierra.  Vayan, pues…»).  Ellos trasmitieron ese poder a otros Sacerdotes que son sus sucesores y que tienen el mismo poder que Jesucristo les dio a ellos.

La dignidad sacerdotal no proviene de los méritos personales del Sacerdote, ni siquiera de su santidad personal, sino de los poderes que Cristo le ha dado para las funciones que le ha encomendado.

Pensemos en esto:  el Sacerdote tiene un poder que no tienen ni siquiera los Ángeles, que –como sabemos- son seres puramente espirituales muy, muy poderosos.  Pero a ningún Ángel Dios le ha dado el poder de cambiar el Pan y el Vino en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Unción de un Sacerdote
Ordenación de un Sacerdote

Tampoco pueden los Ángeles perdonar nuestros pecados.  Ni que se reunieran todos los Ángeles del Cielo, pudieran perdonar siquiera un pecado.

Por eso San Francisco de Asís, quien –por cierto- no era Sacerdote, sino Religioso, decía que si él se consiguiera simultáneamente con un Ángel bajado del Cielo y un Sacerdote, saludaría de primero al Sacerdote y le besaría las manos, ya que ellas tocan al mismo Dios, por lo que son algo sobre humano.

A través del Orden Sacerdotal, el Sacerdote es constituido en representante oficial de Cristo en la tierra, es otro Cristo, y tiene el poder de actuar en su nombre.

¿Se les ha ocurrido pensar que esa sublime y altísima dignidad está al alcance de hombres normales y corrientes … que puede estar al alcance de cualquiera de ustedes, muchachos, si Dios lo llamara?

El Sacerdote es como un puente entre Cielo y tierra, porque es el instrumento que Jesús utiliza para llevarnos hacia Dios y para traernos a Dios, a través de la administración de los Sacramentos.

Fray Henri LacordaireAsí expone un gran predicador dominico, Henri Lacordaire OP (1802-1861) la altísima dignidad del Sacerdote:

Sacerdote de Jesucristo
Vivir en medio del mundo
sin ambicionar sus placeres,
ser miembro de cada familia
sin pertenecer a ninguna;
compartir todos los secretos;
perdonar todas las ofensas;
ir del hombre a Dios
y ofrecer a El sus oraciones,
regresar de Dios al hombre
para traer perdón y esperanza.
Tener un corazón de fuego para la caridad
y un corazón de bronce para la castidad;
enseñar y perdonar,
consolar y bendecir siempre,
¡Dios mío, qué vida!
Y esa es la tuya,
¡Oh Sacerdote de Jesucristo!!

Las vocaciones nacen en la oración y de la oración.
Papa Francisco


20.    ¿Has pensado alguna vez ser Sacerdote o entrar a la Vida Religiosa?

¿Podría Dios estarte llamando a ti a una entrega tan especial como es el Sacerdocio o la Vida Religiosa?

¿Qué le contestarías a Dios si te llamara a una entrega así?  Dios llama siempre y sigue llamando hoy.  ¿Qué sucede que hay tan pocos Sacerdotes y Religiosas?  ¿Será que no oímos el llamado de Dios porque el ruido nos tiene aturdidos?  ¿O será que no le estamos respondiendo con un sí generoso y valiente?

Jesús llama a sus discípulos
Jesús llama a sus discípulos

La mayoría de nosotros vamos seguramente al Sacramento del Matrimonio.  Esa es la norma.  Esa es la estadística.  Pero algunos, unos pocos, pueden estar siendo llamados.  No hay que cerrarse a la idea de la entrega en el Sacerdocio y la Vida Religiosa.  Hay que estar abiertos a lo que Dios quiera, a la proposición que El nos quiera hacer.  El nos deja libres, pues nos hizo libres, pero hay que tratar de escuchar a ver qué desea de nosotros.

“En efecto, el Señor llama siempre, pero tantas veces nosotros no lo escuchamos. Somos distraídos por muchas cosas, por otras voces más superficiales, y tenemos miedo de escuchar la voz del Señor, porque pensamos que pueda quitarnos nuestra libertad”. (Benedicto XVI, 27-4-12)


21.    ¿Qué cosas hace el Sacerdote?   ¿Cuál crees que sea la más importante?

……

  • Comunicar la gracia divina en el Bautismo
  • Perdonar los pecados en la Confesión.
  • Celebrar  la Misa y consagrar el Pan y el Vino.
  • Predicar sobre la Palabra de Dios.
  • Administrar los Sacramentos.
  • Enseñar la doctrina y comunicar la Fe.
  • Exhortar a las personas para que se conviertan.
  • Cuidar al Pueblo de Dios.
  • Bendecir los objetos sagrados.
  • Administrar los últimos Sacramentos a los moribundos.
  • Bendecir los cuerpos de los difuntos antes de enterrarlos.
    etc
    .


22.    ¿El Celibato debiera ser una opción libre o debiera seguir siendo obligatorio para los Sacerdotes y religiosos(as)?

La presión especialmente a través de los medios de comunicación proponiendo la abolición del celibato como remedio a muchos problemas es bien fuerte en nuestros días.

Vamos a aclarar primero:  la Iglesia no impone el celibato a nadie.  Pero la forma como presentan este problema los medios y los comentaristas, hace pensar que el celibato es una imposición de la Iglesia.

Las palabras de Jesús sobre los eunucos es bien clara:  Hay otros todavía, que se hicieron eunucos por el Reino de los Cielos (Mt 19, 12).  Ellos mismos se hicieron, nadie los obligó.  Queda indicado que el celibato es una opción libre y personal.

Es importante hacer notar que –como hemos visto hasta ahora- el Celibato es una vocación en si misma, aparte del Sacerdocio.  Ya vimos que existen los laicos consagrados célibes, que es otra vocación.

En las Iglesias Católicas de Oriente existe el Sacerdocio de hombres casados.  Pero también en Oriente hay muchos religiosos célibes (monjes) no ordenados sacerdotes.

Comunidad Monástica Católica Oriental
Comunidad monástica católica de rito oriental

En la Iglesia Católica de Occidente también hay algunos ejemplos de congregaciones de célibes no ordenados.  Pensemos que San Francisco de Asís, fundó una congregación muy numerosa y él no fue Sacerdote.

“Todos los ministros ordenados de la Iglesia latina, exceptuados los diáconos permanentes, son ordinariamente elegidos entre hombres creyentes que viven como célibes y que tienen la voluntad de guardar el celibatopor el Reino de los cielos’" (Mt 19, 12).  (CIC-1579)

Si analizamos esto bien, la opción del celibato antecede a la opción del Sacerdocio.  Es decir, si un joven católico (en la Iglesia Latina o Iglesia de Occidente) siente que tiene vocación para el celibato y lo escoge como opción de vida, entonces puede discernir su llamado al Sacerdocio o a la vida religiosa.

Las personas que presionan por esto –Sacerdotes ordenados incluidos- parecieran no haber captado esta secuencia:  primero se escoge el celibato, luego el Sacerdocio.

Y entonces muchos reclaman que el celibato sacerdotal hay que eliminarlo, entre otras cosas, porque es la causa de los escándalos de algunos Sacerdote.

Aclaremos:  el celibato no causa desórdenes sexuales, tales como la pederastia.  La causa de esos escándalos es el pecado.  El matrimonio no cura los desórdenes sexuales.  Cristo sí los cura.  Imaginemos un matrimonio con un ex-Sacerdote que padece estos desórdenes.

“Que el celibato traiga como consecuencia la pedofilia está descartado.  Más del setenta por ciento de los casos de pedofilia se da en el entorno familiar y vecinal:  abuelos, tíos, padrastros, vecinos. El problema no está vinculado con el celibato. Si un cura es pedófilo, lo es antes de ser cura”. (Bergoglio, Jorge Mario -2012/02/01- Sobre el cielo y la tierra)


23.    Pero ¿podría la Iglesia eliminar el celibato de los Sacerdotes?

Podría…  El hecho cierto es que el celibato sacerdotal no es una doctrina de la Iglesia, sino una disciplina.  Es cuestión de costumbre, no de fe.

Hasta el año 1100 el celibato era optativo.  En Oriente se siguió así.  Y en Occidente se estableció como opción previa al Sacerdocio.

Es una disciplina la práctica de reservar la ordenación sacerdotal sólo a hombres que escojan el celibato.  Y eso podría ser cambiado.

Pero, a la luz de lo que hemos visto en esta lección sobre el significado ulterior del sexo, ¿no creen que nuestro mundo necesita, ahora más que nunca, testimonios del celibato cristiano de los Sacerdotes, de los Religiosos(as) y de los Laicos consagrados?


24.    ¿Y cómo es eso que el Matrimonio también es una vocación, es un llamado de Dios?

A todo el mundo le es fácil reconocer la vida religiosa o el Sacerdocio como una vocación.  Pero ¿cuántos consideran el Matrimonio una vocación?

Es cierto que es la vocación de las mayorías, pero no por ser la más común, deja de ser un verdadero llamado de Dios.

Novios cristianos
Novios cristianos

Los que se piensan casar, ¿de veras han pensado que la decisión que van a tomar forma parte del plan de Dios para sus vidas y para la vida de sus descendientes?

  • ¿Han pensado que el Matrimonio es su estado de vida para llegar a la Vida Eterna?
  • ¿Han pensado que parte de su función como casados, muy importante, es ayudar  a su cónyuge a llegar al Cielo?
  • ¿Han pensado la responsabilidad que tiene en tener hijos y que su responsabilidad principal es formar esos hijos para el Cielo?
  • ¿O, por el contrario, algunas chicas están buscando al hombre de sus sueños, al espécimen físico perfecto, con quien mantener una luna de miel permanente?
  • ¿Y los chicos andan buscando a la mujer sensual que va a satisfacer todos sus impulsos sexuales?
  • ¿Se habrá convertido eso tan sagrado que Dios ha puesto en cada hombre y en cada mujer, sus respectivas sexualidades, en una simple atracción física?
  • ¿Será que con el pasar del tiempo se acaba la unión matrimonial y queda una estela de sufrimiento espiritual y emocional, no sólo para la pareja, sino también para los hijos?
  • ¿Qué quieres hacer con tu vida? 
  • ¿Cómo vas a enfocar tu futuro matrimonio, si ésa es la vocación a la cual te está llamando Dios?
  • ¿Vas a seguir la corriente de fracasos que estamos viendo por todos lados?

En la siguiente lección veremos lo que es el Matrimonio y el Noviazgo como preparación a un verdadero Matrimonio Cristiano.

 

Oración
Tú nos has dicho, Señor, que eres el Camino,
la Verdad y la Vida.

Sabemos, entonces,
que Tú eres el Camino a seguir.

Muéstrame, Señor, cómo quieres que te siga.
Muéstrame en qué estado de vida
quieres que te sirva.

Hazme conocer tu llamado, Señor.
Si me estás llamando al Matrimonio,
te ruego me presentes a mi futuro esposo (a),
aquél (aquella)
que Tú me tienes reservado(a) desde siempre,

para que juntos recorramos
ese camino que lleva al Cielo.

Y te pido que ese camino también lo sigan
los hijos que nos vas a dar.

Si me quieres como Sacerdote
o como Religioso(a),

espero tu llamado, Señor.
y tu fortaleza para seguirte con alegría,
entregándome totalmente a Ti
con los votos de pobreza,
castidad y obediencia

y poniéndome al servicio de mis hermanos
en total disponibilidad.

Si me quieres célibe en el mundo,
te pido poder ser fiel a ese llamado especial,
que también pueda estar en el servicio
a tu Iglesia y a mis hermanos.

Virgen María, tú que seguiste a tu Hijo Jesús
de manera perfecta,

ayúdame a conocer mi vocación
y a seguirla fielmente como tú.
Amén

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