Resumen Bíblico

JONÁS

Jonás y la ballena

Dios habló a Jonás: «Vete a Nínive, la gran ciudad, y predica en ella pues son muchos sus pecados». Mas el profeta, para huir del mandato de Dios, bajó a Jope, pagó el pasaje y se embarcó en un navío que zarpaba para Tarsis (sur de España).

Se desencadenó una tormenta tal que los marineros, por miedo a naufragar, arrojaron al mar la carga para aligerar la nave. Cada cual invocaba a su dios. Jonás se refugió en la bodega y dormía profundamente. Lo encontró el capitán y le mandó que se levantara e invocara también a su Dios.

Sospecharon que aquella tormenta era un castigo de los dioses, y echaron suertes entre ellos para saber quién era el culpable. Recayó en Jonás quien les contó todo y les pidió que lo arrojaran al mar. Inmediatamente vino la calma.

Dios mandó un gran animal marino para que se tragara a Jonás. Tres días y tres noches lo llevó en el vientre hasta que lo vomitó en tierra firme. De nuevo le dio Dios la misma orden y Jonás se encaminó a Nínive. Tres días costaba recorrer la ciudad. Entró en ella y empezó a predicar anunciando: «Dentro de cuarenta días Nínive será destruida».

Los ninivitas hicieron caso a Jonás y se arrepintieron de sus pecados. Se enteró el rey de Nínive y descendiendo de su trono, se despojó del manto regio y se vistió con la tela basta y ceniza. Publicó un edicto invitando a todos los habitantes a que clamasen a Dios con todas sus fuerzas, ayunaran y se arrepintieran cada uno de su mala vida y de sus injusticias. «¡Quién sabe si Dios se volverá atrás y no pereceremos!»

Cuando vio Dios que se arrepentían de su perverso proceder se compadeció de ellos y no llevó a cabo la destrucción.

  

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