Citas Bíblicas
LECCIÓN # 7

Hebreos 9, 11-14 y 18-22

Hb 9:
         11.       Cristo vino como el Sumo Sacerdote que nos consigue los nuevos dones de Dios, y entró en un santuario más noble y más perfecto, no hecho por hombres, es decir, que no es algo creado.      
         12.       Y no fue la sangre de chivos o de novillos la que le abrió el santuario, sino su propia sangre, cuando consiguió de una sola vez la liberación definitiva.   
         13.       La sangre de chivos y de toros y la ceniza de ternera, con la que se rocía a los que tienen alguna culpa, les dan tal vez una santidad y pureza externa,         
         14.       pero con toda seguridad la Sangre de Cristo, que se ofreció a Dios por el Espíritu eterno como víctima sin mancha, purificará nuestra conciencia de las obras de muerte, para que sirvamos al Dios vivo.
         18.       Por eso se derramó sangre al iniciarse el antiguo testamento.      
         19.       Cuando Moisés terminó de proclamar ante el pueblo todas las ordenanzas de la Ley, tomó sangre de terneros y de chivos, la mezcló con agua, lana roja e hisopo y roció el propio libro del testamento y al pueblo, diciendo:  
         20.       Esta es la sangre del testamento que pactó Dios con ustedes.          21.       Roció asimismo con sangre el santuario y todos los objetos del culto.          22.       Además, según la Ley, la purificación de casi todo se ha de hacer con sangre, y sin derramamiento de sangre no se quita el pecado.

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